El reconocimiento de emociones es algo que nos puede sonar a ciencia ficción. Sin embargo, con el desarrollo de la inteligencia artificial, sobre todo, del machine learning, el reconocimiento de emociones empieza a ser una realidad. Su aplicación no solo se limita al marketing, sino también a otros ámbitos como el trabajo.
El reconocimiento de emociones
El reconocimiento de emociones funciona a través de un análisis de las expresiones corporales de una persona. Puede ser a través del uso de sistemas de inteligencia artificial desarrollados para analizar e interpretar gestos faciales:
- tonos de voz,
- movimientos corporales o la ausencia de ellos,
- etc.
Se determina si los sujetos están felices, tristes, enfadados, etc. Incluso podemos hablar de sistemas que pueden determinar emociones compuestas, como tristemente enojado o alegremente sorprendido.
¿Son las emociones datos personales?
Las emociones no son datos personales. Pero para poder realizar el reconocimiento de emociones, es necesario usar ciertos datos biométricos, como el reconocimiento facial o el reconocimiento de voz.
Reglamento de Inteligencia Artificial
Aunque el reconocimiento facial es un campo que se está investigando desde hace años, el desarrollo de la IA comienza a ser una realidad mucho más cercana. Cabe destacar que ya está presente en el Reglamento de Inteligencia Artificial, como una actividad o aplicación de alto riesgo.
Reconocimiento de emociones y los riesgos
Entre los problemas y riesgos que plantea la tecnología de reconocimiento facial para la protección de datos podemos destacar los siguientes:
- precisión de los datos,
- sesgos y discriminación,
- falta de transparencia,
- perfilado,
- etc.
Por último, puede que la Ley de Protección de Datos no hable de emociones ni las proteja de forma adecuada. Sin embargo, sí que lo hace de forma indirecta a través de la protección de los datos biométricos que son necesarios para poder llevar a cabo cualquier análisis de emociones.