La digitalización de la economía y la sociedad en general empujan a las organizaciones y al sector de las ONG en particular, a su transformación digital. Esa transformación a su vez obliga a contemplar la revisión y la inclusión de nuevos escenarios de riesgo, y también a rediseñar estrategias para hacerles frente.
Las ONG deben tener en cuenta
En este contexto de digitalización, desde Nos Adaptamos consideramos los siguientes puntos clave a tener en cuenta:
- Regulación: Existen nuevas exigencias de cumplimiento que requieren de la adaptación transversal en las ONG.
- Cibercrimen: Recientemente se están produciendo muchos ataques a diversos Organismos, entre las que se encuentran las ONG, aprovechando la exposición de las plataformas tecnológicas.
- Cloud y Big Data: Las capacidades de las soluciones de Cloud y Big Data proporcionan mecanismos de análisis de información, que mejoran y flexibilizan los procesos y servicios, así como la de toma de decisiones de negocio. Sin embargo, suelen constituir una apertura de vulnerabilidades por la exposición de los datos que se manejan.
- Gestión del dato sensible: Para las ONG es clave la gestión de los datos sensibles y el flujo de los mismos. Las ONG deben tener en cuenta su protección.
Tipo de datos que poseen las ONG
Las ONG poseen múltiples tipos de datos de:
- sus empleados,
- sus asociados,
- donantes,
- suscriptores,
- los del colectivo al que den cobertura,
- etc.
Prácticas para gestionar el riesgo
Para gestionar este tipo de factores, definiremos una serie de mejores prácticas que permitirán la gestión del riesgo tecnológico en las ONG:
- Definición de una estrategia de ciberseguridad, que permita tomar decisiones estratégicas en cuestión de ciberseguridad.
- Adecuación de los procesos organizativos, jurídicos y tecnológicos a la normativa vigente.
- Adaptación y certificación a las mejores prácticas del mercado con impacto directo en las organizaciones.
- Concienciación del personal involucrado, mediante simulaciones de ciberataques y formaciones multidisciplinares al personal.
- Implantación de sistemas que permitan la identificación y evaluación de las amenazas de mayor impacto, a fin de priorizar las iniciativas de seguridad que las mitiguen.
- Identificación de los datos sensibles y de los flujos de los mismos, de cara a proponer medidas de protección.
Mediante el uso de estas prácticas las ONGs podrían empezar a gestionar la seguridad de una forma adecuada a su perfil de riesgo tecnológico.