En este artículo analizamos las implicaciones de tratar la identidad como un servicio en lugar de como un derecho fundamental. También hablaremos cómo la evolución hacia la identidad como servicio afecta al control que tienen las personas sobre sus datos personales.
La identidad y derechos y libertades
La mercantilización de la identidad, sin duda, puede afectar a los derechos y libertades de las personas, a la inclusión social y a la igualdad. Este hecho implica diferentes consideraciones éticas.
Por lo tanto, el derecho a ella es crucial desde el nacimiento, porque forma y preserva la existencia de un individuo dentro de la sociedad. Le permite disfrutar de sus derechos y cumplir con sus obligaciones.
Este derecho también está vinculado a la autoexpresión y permite a las personas desarrollar su personalidad sin interferencias.
¿Qué abarca?
Por consiguiente, puede abarcar:
- el nombre,
- el apellido,
- la fecha de nacimiento,
- el género,
- la nacionalidad,
- etc.
La identidad de una persona suele reconocerse a través de documentos legales como certificados de nacimiento, tarjetas de identificación o pasaportes.
La identidad no debería ser servicio
Pero al interpretar que la identidad como un servicio, la persona es considerada un cliente o consumidor y debe adaptarse a la forma en la que es ofrecido dicho servicio. En la mayoría de las veces, por una tercera parte.
Debemos estar atentos para evitar que la identidad se convierta en un mecanismo de vigilancia, manipulación o exclusión. En vez de reinventar la rueda de la identidad para cada sector o servicio, el enfoque de la «identidad como derecho» debería basarse en elementos básicos que puedan aprovecharse por los ciudadanos personal o profesionalmente.
Cabe destacar que existen diferentes iniciativas legislativas europeas como eIDAS2 o la regulación de los pasaportes y documentos de viaje siguen este enfoque. Su objetivo es apoyar a los ciudadanos para la gestión de accesos, pagos, intercambio de datos o verificación de edad, por mencionar solo algunos ejemplos. Esto puede, además, facilitar la estandarización y la interoperabilidad, aumentar la eficiencia y ayudar a la innovación especializada.
Puede consultar más información en el siguiente enlace de la AEPD.