«Errar es humano», decía el poeta inglés Alexander Pope para justificar todo tipo de errores. Pero por muy humano que sea equivocarse, y muy leve que sea el error cometido, no es excusa frente a la AEPD.
El simple error no excluye la culpa
El hecho de que una infracción se produzca «sin querer» o «por error» no es un argumento suficiente para que quede sin castigo la comisión de esa infracción cuando se trata de la normativa de protección de datos personales, según el criterio de la AEPD. Frente a lo que ocurre en otras normas, en las que se distingue entre el dolo (voluntad de incumplir), la culpa (no se tiene voluntad de incumplir, pero no se toman medidas para no hacerlo) y la mera inobservancia, en la normativa de protección de datos todo entra prácticamente en el mismo saco.
La informática multiplica el riesgo de error
Las inmensas posibilidades de las nuevas tecnologías hacen que también puedan multiplicarse los errores y, a su vez, la magnitud de éstos. El fallo humano, acompañado de los avances tecnológicos, puede suponer que un simple error tenga enormes proporciones. Esta realidad obliga a extremar las precauciones, especialmente en el uso del correo electrónico, y a implantar procedimientos que den más seguridad a acciones cotidianas como insertar el destinatario de un mensaje.
Máxima exigencia a ciertas empresas
Se exige especial cuidado y diligencia a las empresas que se dediquen específicamente a la gestión de datos personales o bien se dediquen a otras actividades pero éstas les obliguen a gestionar habitualmente este tipo de datos.
Cuidado con los clientes enfadados
No hay que olvidar que si el factor humano existe a la hora de cometerse errores, también existe como motivación para denunciar ante la AEPD. Muchas inspecciones proceden de denuncias realizadas por trabajadores o ex trabajadores resentidos con sus empresas o de clientes enfadados por alguna razón que buscan no tanto la defensa de sus derechos como perjudicar a la empresa. Su empresa debe tenerlo en cuenta y ser especialmente diligente al comunicar determinadas decisiones a trabajadores o clientes.
Pidan presupuesto sin compromiso de implantación de la normativa vigente