En la era digital que vivimos, donde la información personal está más expuesta que nunca, los delincuentes cibernéticos han encontrado en las llamadas telefónicas una oportunidad para engañar a personas desprevenidas. Por ejemplo, uno de los fraudes es usar la técnica del vishing (una combinación de «voz» y phishing), mediante la cual obtienen información confidencial de los usuarios. Es un proceso de innovación constante, en el cual los ciberdelincuentes han encontrado otras formas de aprovecharse de los usuarios, como es fraude de grabar su voz.
Cómo funciona el fraude
El simple acto de decir «sí» puede convertirse en una puerta de entrada para muchos problemas. Al grabar nuestra voz, los estafadores pueden utilizarla para:
- autorizar transacciones financieras,
- contratos,
- para falsificar nuestra identidad.
Además, las grabaciones de voz también pueden ser manipuladas y ser utilizadas como evidencia en situaciones que serían susceptibles de poner en riesgo nuestra reputación.
Cómo protegerse
Antes de nada, debes mantener la calma. Si sospechas que la llamada es fraudulenta, simplemente cuelga. Sin proporcionar ninguna información adicional, evita prolongar la conversación.
Debes verificar la identidad: si la llamada supuestamente proviene de una entidad financiera o empresa legítima, llámalos directamente para verificar la autenticidad de la llamada.
Debes hacer periódicamente un seguimiento de tus cuentas bancarias y tarjetas de crédito para detectar cualquier actividad inusual. Si descubres transacciones no autorizadas, informa a tu banco de inmediato.
Por otro lado, es recomendable controlar la información que circula sobre ti en la red: una práctica interesante es realizar egosurfing de vez en cuando, para conocer la información sobre ti publicada en Internet. Además, puedes activar las alertas de Google para recibir notificaciones sobre menciones de tu nombre o información personal. Es útil para poder tomar las medidas necesarias para su retirada de los buscadores.
También és recomendable cambiar las contraseñas y códigos de seguridad de vez en cuando. Utiliza contraseñas fuertes para que sean difíciles de adivinar.
Una buena práctica sería guardar cualquier evidencia relevante (números de teléfono, grabaciones de llamadas, correos electrónicos o mensajes de texto recibidos). Estos registros son útiles para informar a las autoridades y respaldar cualquier reclamo futuro.
Es importante que denuncies la estafa.
Para más información pueden consultar el siguiente enlace de INCIBE.