Como sabemos, la pornografía tiene múltiples impactos en menores de edad. Uno de ellos es favorecer desinformación en cuestiones de sexualidad. Es decir, crea expectativas irreales y favorece creencias erróneas sobre la sexualidad.
Pornografía y menores de edad
La pornografía crea diferentes impactos en los menores. En este artículo trataremos algunos de ellos.
Normaliza y favorece la violencia sexual
El consumo de pornografía en menores:
- se relaciona con el aumento de estereotipos de género,
- la normalización de sexismo,
- la imitación de prácticas violentas de sexualidad.
Conductas sexuales de riesgo
El uso inadecuado del preservativo y el uso de diferentes sustancias aumenta el riesgo.
Pornografía y datos personales
Suele pagarse con los datos personales. Estos datos tienen valor para quienes quieren localizar a los menores, acceder a ellos o conocer sus debilidades.
Aumento de niveles de soledad
Como otro de los efectos negativos podemos nombrar el aumento de niveles de soledad en los adolescentes. Entre otros, favorece el aislamiento y reduce las actividades sociales.
Deterioro cerebral
El uso excesivo afecta a la corteza prefrontal, sistemas de recompensa, afecta a neuronas espejo y diferentes áreas en relación con el control de los impulsos y la toma de decisiones.
Pornografía y sexualidad
Como otro efecto, la promiscuidad sexual puede producir situaciones de infidelidad, un mayor número de parejas sexuales y una iniciación temprana en el sexo.
Por un lado, se relaciona con una sexualidad menos íntima y más impersonal. Por otro lado, favorece problemas sexuales en diferentes etapas, como la excitación, deseo y orgasmo. Daña la autoestima sexual y se relaciona con un sexo menos placentero en la edad adulta.
Más información en el siguiente enlace de la AEPD.