Cada vez más, la autenticación biométrica empieza a imponerse en diferentes ámbitos como una forma para reforzar la seguridad. Aquí os explicaremos algunas cosas importantes sobre la misma.
¿Qué es autenticación biométrica?
La autenticación biométrica es el proceso de verificación de la identidad de un individuo a través de sus rasgos fisiológicos o del comportamiento. En otras palabras, es un sistema de verificación que emplea datos biométricos, como, por ejemplo, la huella dactilar o el reconocimiento facial. El objetivo es comprobar que la persona es quien dice ser.
Las ventajas
La autenticación biométrica puede ser una solución de seguridad cada vez más aplicada en diferentes ámbitos. Las ventajas de la autenticación biométrica son principalmente:
- Refuerza la seguridad porque utiliza un método de verificación de la identidad que solo puede poseer la persona. Suele ser más fiable que las contraseñas o las tarjetas de acceso.
- La forma de uso es más rápida y práctica. Además, no existe el problema de pérdidas de tarjetas u olvido de contraseñas.
- Hace muy complicada la suplantación de identidad.
Las desventajas
- Plantea problemas con la protección de datos. Los datos biométricos son datos pertenecientes a las categorías sensibles y requieren, para su utilización, el consentimiento expreso del interesado, según el artículo 9.2 del RGPD.
- Pueden suponer un impacto negativo en los derechos y libertades de los individuos, por eso requieren medidas adicionales.
- El coste elevado que supone la implementación de dichos sistemas.
- Algunos sistemas de autenticación biométrica todavía presentan imprecisiones.
- Suponen un problema cuando los rasgos fisiológicos escaneados cambian con pasado el tiempo, como pérdida de huella dactilar, por ejemplo.
El uso de la autenticación biométrica en el trabajo
Actualmente, el uso de este tipo de sistemas en el ámbito laboral está muy limitado. Para poder recurrir a ello, debe existir una razón amparada en una de las excepciones contempladas en el artículo 9.2 del RGPD y debidamente justificada. Cabe recordar que el consentimiento expreso de los empleados no sería suficiente ni válido. El motivo: la relación laboral entre empleador y empleados es una relación de poder desequilibrada.